LHE photos

« | Main | »

La diabetes y el púgil latino

By admin | February 3, 2006


La diabetes y el púgil latino
JOSÉ ‘CHEGÜÍ’ TORRES

Note: This was submitted by our coalition member Jose Torres, who feels that national health insurance would be a means to ensure that people with diabetes would get the care they need.

Hay formas de evitar el mal que afecta a tantas personas en nuestra sociedad

(ESPNdeportes.com)–Curiosamente, en años recientes yo he mencionado mi condición de diabético con la idea de que más gente se entere de la epidemia de esa enfermedad que está arrasando con las comunidades hispanas en los EE.UU. Y por supuesto, me he encontrado con pugilistas activos de trasfondo latino que están sufriendo de ese peligroso mal. Hay boxeadores boricuas, dominicanos, mexicanos, sur y centroamericanos que están padeciendo de diabetes, y después de platicar con unos cuantos de ellos la curiosidad me ha abrumado.

He descubierto, como en todas nuestras sociedades hispanas en nuestros respectivos países, ha existido una cultura que estimula la posibilidad de esa ingrata enfermedad. Y no ha sido con toda intención, sino por esas manías que ayudan con gran vigor a desarrollar condiciones culturales que facultan nuestro ambiente social con ideas falsas pero convincentes.

Yo recuerdo, durante mi crianza en Puerto Rico, que comentarios sobre personas delgadas eran despectivos, injustos e insolentes, como menos. Mirar a una mujer delgada no importa lo bella que fuese, inspiraba dichos como:

“Tan linda que es, pero, mira como está: ‘tísica’ y tuberculosa.”

O gente joven ignorándose los unos a los otros por estar muy “flacos.” Igual que ver a un padre o a una madre obligar a sus hijos de seis, siete, ocho o nueve años de edad, a que coman más de la cuenta para que se mantengan “gordos y saludables,” era un hábito cultural que se extendía mucho más lejos de los bordes borincanos. He averiguado que es un problema cultural hispano, que no nació en Puerto Rico. Ser flaco reflejaba al ser inferior y enfermo; el gordo manifestaba buena salud y estabilidad económica.

De hecho, en las décadas de los 1940 y 1950, durante una epidemia de tuberculosis que hubo en Puerto Rico, los niños que todavía estaban de biberón eran forzados a tomar leche extra todos los días para poder todos sentirse orgullosos al escuchar piropos como: “Qué lindo y qué gordito!”

En el Puerto Rico de aquellos años todo bebé tenía que estar más pesados de lo que debía estar, si no quería caer automáticamente en la lista de los “tísicos” y los “tuberculosos.”
Los boxeadores aficionados y profesionales en los EE.UU. no se examinan para averiguar si tienen o no diabetes. Yo no creo que la condición le crearía problemas serios a ningún pugilista que se enfrasque a otro consciente de que padece de diabetes.

En los EE.UU. hay docenas de millones de diabéticos, de los cuales más de diez millones no saben que padecen de ese mal. No hay crisis de muertes masivas entre ellos, pero de los boxeadores con ese mal ninguno, que yo sepa, se ha distinguido en el ring y todos se quejan de dolores musculares que le afectan las caderas y los hombros. Y más importante, la vista se le va aflojando con el tiempo.

Desgraciadamente, los males físicos que el enfermo desarrolla como consecuencia de la diabetes no son mejorados con medicina, sino mantenidos en el mismo estado, como el desgaste de la vista y el adormecimiento de las extremidades. Todo eso se puede evitar no con las medicinas que los médicos les puedan recetar, sino con las comidas que el enfermo está obligado a alimentarse. Yo le hablé a un grupo de boxeadores diabéticos y les pedí que no se arriesgaran a comer nada en lo absoluto que contuviera -o que se convirtiera en- azúcar. La dieta, no la medicina, es su salvación.

Si no, el resultado sería horroroso. El hombre se disminuye totalmente en el aspecto sexual; luego se le amputan los dedos de los pies y de las manos, para entonces expandirse hacia el pie, la mano, sin descontar la ceguera de sus ojos y así sucesivamente hasta que uno no puede, ni quiere sobrellevar la enfermedad ni un solo minuto más.

José ‘Chegüí’ Torres fue ganador de la medalla de plata del peso mediano-ligero por los EE.UU. en los Juegos Olímpicos de 1956, posteriormente fue campeón mundial de los pesos semi completos. A su retiro, se convirtió en autor y periodista del boxeo con una gran experiencia.

Topics: Uncategorized | Comments Off on La diabetes y el púgil latino

Comments are closed.

Educar + Movilizar + Empoderar

Copyright © 2022 Latinos for Healthcare Equity. All Rights Reserved.